domingo, 27 de mayo de 2018

Por Estocolmo en Vespa.

Hej hej. Hola a todos.
Resulta que he ido a Suecia a realizar un curso de formación y aprovechando, he estirado la estancia para visitar la capital, Estocolmo. Se me ocurrió buscar por si podría alquilar una Vespa para recorrer la ciudad y finalmente encontré una empresa que ofrecía estos servicios: Vespa Stockholm. Los localicé a través de internet y como me pareció interesante reservé una Vespa. El modelo que ofrecen es la Vespa Sprint de 50cc que, si en principio parece que va a ser poco, la tranquilidad con que se conduce en Suecia y todo lo que hay que ver hacen que sea suficiente para disfrutar realmente de unos paseos espectaculares. Montado sobre el manillar viene un navegador con las rutas ofrecidas guardadas, en un folleto aparte viene una descripción de las mismas con la duración aproximada, por lo que lo único que hay que hacer es elegir la ruta, seleccionarla y disfrutar. Una opción muy muy recomendable si te gusta el turismos y te gusta la Vespa.

Tengo la Vespa reservada de 8:30 a 13:30, así que voy lo antes posible para disfrutar de la experiencia.  

La primera parada es en Kastellholmen, una de las islas más pequeñas de Estocolmo en la que se sitúa una pequeña fortaleza que en su tiempo que controlaba el paso de embarcaciones a la ciudad y albergaba numerosos cañones, desde este punto se puede ver Grüna Park, el parque de atracciones más antiguo de Suecia con muy buenas montañas rusas. Tras dar un pequeño paseo a pie me dirijo ahora a Skeppsholmen, la siguiente isla, donde se sitúa el museo de  arte moderno, las coloridas esculturas que hay en el exterior son muy llamativas; pero no me detengo hasta llegar al muelle frente a una antigua fábrica de torpedos, vestigio del uso militar que tuvo la isla hace algún tiempo. En el muelle numerosos barcos antiguos restaurados sirven de exposición e incluso vivienda.

Por las calles de Estocolmo, la foto es un poco anodina de no ser por el reflejo en el cual me veo con mi vespilla...

Saltamos hasta Helgeandsholmen, otra pequeñísima isla que sólo contiene un edificio, el Parlamento Sueco, situado frente al Palacio Real, pero en otra isla distinta, es independiente para tomar sus decisiones.

En estos momentos me doy cuenta de que no he desayunado, mis ansias por coger la Vespa temprano no me permitieron tomar más allá del café que me ofrecieron en la oficina cuando hice el contrato, así que paro bajo el palacio real y me dirijo andando a la plaza donde está situada la Academia Sueca, lugar donde se entregan los premios Nobel para desayunar. Con fuerzas renovadas sigo mi camino hasta Cornelisparken, un recóndito sitio de Estocolmo, desde aquí se pueden divisar las islas que ya he visitado, pero lo más característico son las pequeñas calles empedradas y antiguas casas de madera, construidas hacia 1730 para los vecinos más pobres, actualmente hay una atmósfera muy encantadora y las casa son muy atractivas, llegando a tener listas de 20 años de espera para poder vivir en ellas. 

Al final de la calle un pequeño jardín deja disfrutar de las vistas hacia el agua y otras islas de Estocolmo. 

Vespambretta estuvo aquí.

Ahora decido cambiar de ruta y hacer las más larga de las que se ofrecen, así que salgo con la moto hacia Järla Sjö, un distrito nuevo de Estocolmo, hace un tiempo plagado de industrias, ahora renovado con modernas pero pequeñas y coquetas construcciones con muy buen gusto, las vistas del lago son espectaculares.

Poco a poco, los edificios van cambiando por casas cada vez más pequeñas, en zona residenciales y salgo a la carretera hacia Saltsjöbaden. Es una delicia ir con la Vespa por aquí, la velocidad está limitada a 40 kilómetros por hora, los coches la respetan, el paisaje es muy bonito, al lado del agua, el asfalto está en muy buen estado... Una auténtica gozada.

Y tras algunos kilómetros, después de un relajado paseo y habiendo trazado bonitas curvas llego a Saltsjöbaden, el punto más lejano de las rutas propuestas por Vespa Stockholm. Se estableció en el siglo XIX como la "Riviera Sueca", testigo de aquel momento es el Grand Hotel, el edificio más famoso de la zona, erigido en 1893, apartamentos, playas, motos acuáticas, veleros, lanchas y mucha gente disfrutando del sol y del agua confirman este lugar como uno de los más concurridos para recreo de las gentes de Estocolmo.

El sol en esta época es un placer al que los suecos no se resisten. El chapaleo del agua en la orilla es muy relajante, los pájaros gorjean en los árboles, la gente pasea...

El tiempo que hace estos días es inmejorable, sobre todo para rodar en Vespa.

Camino de vuelta, parada a hacer alguna foto más. La comodidad de la Vespa y su seguridad ha quedado probada, el placer de conducirla ya lo conocía, puesto que tengo alguna clásica como ya sabréis, pero la experiencia de rodar por Suecia ha sido maravillosa, algo que recomiendo desde aquí. alquilar una Vespa es una opción más que recomendable para conocer una ciudad y hacer turismo.

Vi nes snart! (¡Hasta pronto!)