miércoles, 15 de febrero de 2017

Sede La Oveja Negra. (22oct16)

Hola a todos.
Hace algún tiempo de esta salida pero entonces no lo publique porque llegué a casa un poco enfadado. Ahora sabréis por qué. Resulta que el Vespa Club la oveja negra nos invitó a la inauguración de su local, y claro, no podíamos faltar, así que desde Albacete nos juntamos un grupete para hacer una pequeña ruta que las Ovejas Negras propusieron para ese día. Ya en la gasolinera donde nos agrupamos para salir hacia Hellín tuvimos el primer contratiempo, y es que Amatista pinchó la rueda trasera, aunque lo único que perdimos fue un poco de tiempo.

Hay que desmontar primero el portaequipajes, que en el caso de la Vespa Súper es practicable hacia arriba, para permitir sacar la rueda de repuesto, sobre la que va apoyado.


Aflojar cinco tuercas, sacar la rueda pinchada, poner la de repuesto, apretar las cinco tuercas, y volver a montar la rueda pinchada en el portarueda y el portaequipajes. Tras cambiar la rueda salimos con nuestras Vespas hacia Hellín, donde ya nos esperaban para desayunar. 


Tuvimos el placer de reencontrar a viejos amigos de otras concentraciones anteriores, procedentes de la parte de Alicante. Después de desayunar salimos de ruta hacia Agramón y Las Minas, donde nos esperaba una muy grata sorpresa. Bajando hacia Las Minas, Amatista empezó a petardear ligeramente, pero fue a más.


Pasadas Las Minas tomamos un camino y Amatista empezó a fallar. Intentamos ajustar los platinos para ver si mejoraba.


Y más mal que bien (me refiero a Amatista), llegamos a nuestro destino donde aparcamos nuestras queridas Vespas.

Estábamos en el Estrecho de los Almadenes, cuya obra se realizó cuando el pantano de Camarillas, último del Río Segura en la provincia de Albacete, antes de adentrarse en Murcia.

Llama la atención la pasarela que permite adentrarse en el Estrecho unos cuantos metros, no ha tenido mantenimiento y está bastante estropeada, de hecho desaparece más adelante haciendo imposible seguir más allá.

Aunque la pasarela no es demasiado larga, merece la pena la visita. Mi hermano, que vino con su Lambretta.


Fue imposible hacer que Amatista funcionara correctamente, así la saqué como pude hasta la población de Las Minas, desde donde pensaba llamar a la grúa, pero un compañero me sugirió la posibilidad de ser remolcado por él mismo. Así que con una eslinga de sujetar equipajes amarramos las dos motos y a Hellín que nos fuimos. La precaución que uno debe tener en estos casos es que la cinta de tracción esté siempre en tensión, y eso se consigue con mucho cuidado y una conducción suave, por parte de remolcador y remolcado. Aparte de la inconveniencia de haber sufrido una avería, Amatista fue el centro de todas las miradas, al menos en el momento de la llegada.

Al llegar a Hellín se procedió a la inauguración de la sede de La Oveja Negra Scooter Club. Y pudimos inmortalizar en instante en que el insigne presidente cortaba la cinta y abría la sede a los amigotes.

Muy buen gusto, y es que claro, a los que nos gustan las Vespas, Lambrettas y demás cosas relacionadas con este mundillo, se nos despertaron todas las emociones.

Ese bidón de aceite Gulf convertido en mesa donde charlar.


El luminoso de Michelín que llevamos viendo desde niños en los talleres.

Los parches de los Vespa clubs amigos... ¡está el de Vespambretta!

Si eso lo aderezamos con cervecita, algo de vino, un poquito de jamón y queso y más cosas para picar, llega casi hasta la perfección.

Algunos no teníamos muy claro cuál era el grifo de la cerveza...


Allí se quedó Amatista. A la espera de volver a casita.

Y en la puerta quedaron nuestros scooters de chapa mientras fuimos a comer al Casino de Hellín, donde seguimos charlando y disfrutando con los amigos.


Por la tarde pudimos ver una exposición en la casa de la cultura, donde entre otras muchas motos, pudimos contemplar una de las pocas reproducciones de la considerada, primera motocicleta del mundo, la Daimler Reitwagen, que podemos observar en la foto. De madera y muy extraña, pero hay que tener en cuenta que estamos hablando de 1885. Tras la exposición, volvimos a Albacete con nuestras Vespas, o al menos esa era la intención, la avería de Amatista hizo que tuviera que volver en coche y dejarla allí, esa fue la causa del enfado mencionado al principio, pero después de unos meses ya se me ha pasado, aunque Amatista sigue sin arreglar.

En fin, de momento nada más.
Lo próximo será la reparación de los platinos de Amatista, que creo es eso lo que le pasa y aún está pendiente. Saludos.